lunes, 31 de marzo de 2014



MEDIAFAMILYPSICO
se crea para exponer temas relacionados con la mediación, orientación y psicología dentro del ámbito familiar.
Qué es la ira y cómo manejarla.


La ira es una emoción que forma parte del ser humano, y que está relacionada con el enfado. En sí misma no es mala, ya que nos ayuda a detectar y resolver problemas. Por tanto, es una emoción natural que tod@s en algún momento de nuestra vida hemos sentido, en mayor o menor grado de intensidad. El problema viene cuando esa ira o enfado es excesivo y descontrolado, y en la forma en que la manifestamos a través de nuestras conductas, a veces de forma defensiva, agresiva, pasivo-agresiva, no exteriorizándola hasta llegar a los llamados “ataques de ira”…

Cuando hablamos de ira, normalmente las reacciones que se tienen suelen ser más intensas y agresivas, de lo que cabe esperar en esa situación. La ira mal controlada, se puede manifestar haciendo daño a los demás o a sí mismo, rompiendo, golpeando, dando patadas a objetos, gritando, insultando, haciendo gestos amenazantes o tratando de buscar verganza. Otra diferencia, es que no se pasa pronto, es decir, dependiendo de lo grave que percibamos el desecandenante, podemos estar enfadados el resto del día o siguientes.

Pasado el incidente, normalmente la persona es consciente de su comportamiento exagerado, y se puede sentir culpable o avergonzado, pero son incapaces de controlar esos estadillos de rabia y agresividad, cuando el nivel de ira es tan intenso.

Ahora bien, la ira no aparece de repente, somos nosotros los que trasformamos en ira sentimientos primarios de preocupación, culpa, decepción, rechazo, injusticia, conflicto, incertidumbre o confusión.

Entonces, ¿cuándo puede aparecer?:

Después de sentir miedo o temor. (p.ej,: cuando casi un coche atropella a alguien querido en un paso de peatones).
Cuando nos sentimos frustrados. (p.ej,: cuando estamos intentando terminar una tarea importante, pero los niños no paran de gritar y pelearse tras varias llamadas de atención al orden).
Cuando nos sentimos amenazados. No hablamos de peligro físico. (p.ej,: un miembro de la pareja se siente celoso y reacciona ante su pareja con sarcasmo e ironía).
Cuando nos sentimos muy cansados y estresados. (p.ej,: cuando llegamos a casa cansados y estresados del trabajo y hay que seguir haciendo las tareas domésticas porque los demás no se han responsabilizado de llevarlas a cabo, y así un día tras otro).
Cuando nos sentimos humillados o hemos sufrido alguna injusticia. (p.ej,: algún desprecio por parte del compañero o cuando nos bajan el sueldo trabajando más horas…).
Cuando tenemos conflcitos con personas cercanas como pareja, familia, compañeros de trabajo,etc.


Es importante conocer la causa o la emoción que precede a la ira, para poder manejarla. Si no somos conscientes de esto, generalmente nuestra forma de expresarla sería:

Expresándola abiertamente, sin filtros como hemos comentado al inicio. Lo que nos provoca un gran malestar emocional y físico.
Reprimiendo el enfado, es decir, contener la ira y dejar de pensar en ella, concentrándose en otra actividad o pensamiento más positivo, sin expresar su preocupación posteriormente. El problema, que al no expresarla ni manifestarla de ninguna forma, a la larga puede crear problemas en las relaciones, emocional y fisicamente, creando síntomas psicosomáticos. Y probablemente respondamos irónicamente, con frases de doble sentido, y tengamos un comportamiento hostil e incluso cínico.  La otra persona/s al no saber el motivo real, no tiene opción de mejorar lo que realmente provoca el enfado.
¿Cómo podemos manejarla?:

Buscar la causa del enfado: hay que buscar la emoción y sentimiento de origen, tristeza, miedo, estrés, vergüeza, cansancio…
Comprensión hacia los demás: muchas veces nos enfadamos porque malinterpretamos lo que dice o hace otra persona, intentar distanciarse y verlo objetivamente, nos ayudará a relativizar la importancia del enfado.
Actuar con respeto y prudencia: hacía ti mismo y hacia los demás. Si hay algo que no te gusta y desagrada tienes todo el derecho a decirlo y buscar la forma de mejorar la situación o problema, hay que tranmitirlo de forma firme pero con respeto.
Centrarse en el presente: cuando nos sentimos enfadados y más con una persona, recordamos hechos pasados parecidos que nos enfurecen más. Estamos en el aquí y ahora.
La gota que colma el vaso: es lo que comentaba acerca de reprimir el enfado o disgusto, a la larga cualquier pequeño incidente, puede desencadenar la ira. Como hemos dicho anteriormente, tiene todo el derecho a decir no y a establecer sus límites, pero mediante el respeto y con comunicación asertiva (no atacando).
Señales del cuerpo: nos enrojecemos, el pulso de acelera, nos cuesta respirar, nos duele la cabeza y el estomago, nuestros músculos se tensan. “Calmémonos”. Paremos, contemos hasta diez (si, es un tópico pero funciona), porque no estamos preparados para dialogar constructivamente, podemos perder los papeles y más si la otra personas se encuentra en la misma situación.
Respirar profundamente: nos concentramos en la respiración y no en lo que nos enfada.
Tiempo de ocio y expansión: hacer ejercico físico, andar, nadar, correr, bailar, escuchar música nos ayuda a desestresarnos.
¿Y en el momento en que aparece?:

Cómo hemos dicho, lo mejor es “parar” y “respirar”, y ¿cómo se hace?…

Pon un coletero en tu muñeca, en forma de pulsera, cuando sientas que la ira empieza a aparecer, dale un tironcillo, eso te servirá para desviar tu atención, y recordarte que te tomes tu tiempo para calmarte y contar hasta diez.
LLeva una nota y léela una y otra vez o repitela en tu mente, algo así como “soy yo quién manda en mi, no la ira. Yo decido no enfadarmen, yo soy quién decido sobre mí”.
Respirar hondo y concentrarse en la respiración, como si no hubiera nada más en ese momento. (son sólo unos segundos, se puede hacer).
Una vez que te hayas calmado, escribir el problema y/o situación (en ese momento o cuando llegues a casa), y pensar en el de una manera más objetiva y distante, pensando también en cómo reaccionar asertivamente si pasa en el futuro algo parecido.
Expresar el problema o situación que te molesta pero sin criticar ni culpar. P.ej,: “yo estoy molest@ porque no pusiste la lavadora como acordamos”, en lugar de “tú nunca cumples con lo que acordammos, tú nunca haces nada”.
Para finalizar, ser consciente que el manejo o control de la ira, cómo en todo cambio, requiere un trabajo y un esfuerzo por nuestra parte. Tenemos que cambiar un hábito por otro, y para crear uno nuevo, hay que prácticarlo y repetirlo muchas veces. No obstante, en algunos casos se recomienda la ayuda de un profesional que guie el entrenamiento y enseñe otra forma más adecuada de exprear el enfado excesivo.


domingo, 30 de marzo de 2014

SI UN NIÑO...

Si un niño vive criticado... aprende a condenar.
Si un niño vive en un ambiente de hostilidad... aprende a pelear.
Si un niño vive avergonzado... aprende a sentirse culpable.
Si un niño vive con tolerancia... aprende a ser paciente.
Si un niño vive estimulado... aprende a confiar en sí mismo.
Si un niño vive apreciado... aprende a apreciar.
Si un niño vive en un ambiente de equidad y justicia... aprende a ser justo.
Si un niño vive sintiendo seguridad... aprende a tener fe.
Si un niño vive con aprobación... aprende a quererse y a estimarse.
Si un niño vive atemorizado y ridiculizado... aprende a ser tímido.
Si un niño vive compadecido... aprende a tener lástima.
Si un niño vive donde hay celos... aprende a sentirse culpable.
Si un niño vive elogiado... aprende a apreciar.
Si un niño vive con reconocimiento... aprende a tener buena meta.
Si un niño vive en un ambiente de honradez... aprende a ser honrado y a conocer la verdad.
Si un niño vive amado... aprende a amar a los que lo rodean.
Si un niño vive en un ambiente de amistad... aprende que el mundo es un lugar agradable para vivir... y lo más importante es que va a contribuir a hacer este ideal.