Lo
mejor antes que castigar es el de tratar de dialogar con el
pequeño,haciéndole ver siempre por qué ha actuado mal y por qué
no debería volverlo a hacer.
Es
cierto que el castigo puede servir para “enseñar y educar a las
malas” pero ¿no es mejor educar dialogando enseñando las
consecuencias de cada acción?
También
se debe tener en cuenta que depende del tipo de castigo, ya que en
muchas ocasiones, el castigo sirve para evitar una acción negativa.
La clave
está en encontrar una media entre el castigo y el diálogo, para
enseñar a los menores con ello, que es mejor hablar, comunicarse y
dialogar que castigar en sí.
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