domingo, 16 de septiembre de 2012

Carácter de un niñ@


Para que nos entendamos: cada niño nace con una forma innata de ser (el temperamento) que está influida por los genes de sus progenitores, de sus antepasados...

Sin embargo, a medida que crece la relación que sus padres establecen con él, su forma de tratarle, el entorno en el que se mueve y el contacto con otras personas van influyendo, y mucho, en cómo será, es decir, en su carácter. En otras palabras: el factor hereditario estará presente en la vida de tu hijo, pero tus directrices educativas pueden neutralizar, atenuar o ampliar muchas de sus conductas y formas de reaccionar.

Fácil. El bebé de esta categoría es alegre, poco exigente y con buen humor. Establece pronto una rutina y acepta con entusiasmo situaciones o personas nuevas. Sus emociones y reacciones son moderadas, cuando se queja lo hace de forma tranquila y se conforma fácilmente. Si tu hijo pertenece a esta categoría, a medida que crezca seguirá dándote muchas alegrías. Pero no olvides que, al ser tan dócil y flexible, es fácil pasar por alto sus límites. Y que de mayor puede que le cueste defenderse.
De adaptación lenta. De bebé, este niño es reservado y vergonzoso. Requiere un ritmo fijo y es reacio a los cambios, pero cuando se introducen gradualmente los acepta (aunque puede ser muy persistente a veces). Antes de participar en una situación nueva necesita observarla. Alrededor de los dos años este niño suele ser menos activo que otros de su edad y siguen gustándole las rutinas previsibles. A veces se le cataloga como “tímido”, pero no es del todo cierto; simplemente necesita más tiempo por esa reserva que es parte de su naturaleza. A partir de los seis años la mitad de estos niños suelen superar esta reticencia.
Combativo. De bebé es sensible, irritable y algo tozudo. Llora mucho, es irregular en sus necesidades y le cuesta establecer un ritmo. Se altera con los cambios, se asusta fácilmente con luces y ruidos fuertes y le molestan la ropa que pica o el calor. Sus emociones, tanto las positivas como las negativas, son intensas. Si tienes un bebé combativo, cuando vaya creciendo un poco comprobarás que sigue siendo extremo en sus reacciones: tan pronto coge una rabieta por una nimiedad como estalla en una euforia desbordante y te cubre de besos. Comprende que no lo hace intencionadamente y enséñale a controlar sus impulsos (con el tiempo lo logrará). Y ten presente algo muy positivo: de mayores, estos niños suelen ser personas competentes, creativas y pensadores independientes.
Activo. Es impaciente, curioso, intenso. Corre más que camina, se sube a los sitios... no puede estar quieto (algunos son temerarios) y muchas veces resulta agotador. Sus reacciones son fuertes y sabe lo que quiere. A los dos años es más torbellino que otros niños de esta edad. Eso sí, se le puede llevar a cualquier evento, siempre que se le dé oportunidad de moverse. A su vez, el niño activo puede manifestar una disposición fácil o combativa (aunque su característica principal es la necesidad de acción continua).

No hay comentarios:

Publicar un comentario